Le tuerzo los ojos y con la boca abierta por la sorpresiva frase...
-Ahh nooo, si ya empezamos en esas... Habrá que buscar Viagra.
Seguimos conversando, mientras hacemos arreglos en el cuarto.
Terminamos lo que estamos haciendo, nos acostamos abrazados.
Mis dientes sienten ansiedad... Lo busco.
Le muerdo la nuca, su piel se empieza a erizar, cierra los ojos, se le nota la concentración que tiene en los movimientos de mi boca, él solo piensa en lo que está sintiendo.
Humedad, mi lengua, mi mano perdida en sus piernas.
Se hace un nudo, esa manera de enrollarse sobre si mismo, pero al mismo tiempo, dejándose expuesto.
Le mordizqueo los cachetes, el cuello, se pone en posición fetal... Intentando huir de mi boca.
Me la pone fácil dejando las nalgas a la vista de mis dientes. Le meto la mano por los pantalocillos, para pellizcarle las nalgas. Le muerdo la derecha, la izquierda.
Respiro sobre su columna, muerdo, lamo, paso mis manos... Su piel hierve. Veo su cuerpo escalofriar.
-Ponte de pie.
Automáticamente lo hace, sin chistar.
Lo abrazo por la espalda, lo mordisqueo con la camiseta puesta, mientras le bajo los pantalocillos, él amablemente... Se los arranca solo.
Quiero quitarle la camiseta, así que la voy subiendo... E igual que sus pantalocillos, salen volando.
Nos veo, yo abrazada a su cuerpo, él con los ojos cerrados, solo disfrutando ser acariciado. Sin saber como, él ya está desnudo.
-Acuestate, boca abajo.
Me quito la ropa, me restriego contra su cuerpo, me contoneo, solo para que me sienta sobre su piel... Mientras le hago dibujos con mi lengua en su cuerpo.
Bajo a mordisquearle las nalgas, le hago sonido de chancho, nos estallamos de la risa.
¿Sigue con la libido baja?
-No sé aún, siga... Ya le aviso.
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