19 feb 2019

Me fui

Me enteré de una "noticia" que me rompió el poco corazón que tenía. Me apagó cualquier esperanza... Quise salir corriendo sin rumbo. Estaba vacía, quebrada. Nuevo para mí. Intenté decirme que estaba bien, yo fuerte, nada me tumbaba. Desahogué como pude, pero no salía. 

Buscaba irme, alzar vuelo, como siempre lo he hecho, como siempre lo seguiré haciendo... Huir de todo, correr hasta que la suela de los zapatos se gastarán, hasta que no hubiera más camino. Esa siempre fue mi válvula de escape, mi salida de emergencia.

Porque aunque él no lo supiera, así, por huir de otro... había caído en sus brazos, esa vez.

Los días pasaron... Y yo, lloraba en cada recoveco donde no me veían. Así, sin más, me canse de llorar...  No tenía más lágrimas. Escribí una carta (algo que también siempre he hecho, cuando ya no me salen más palabras), expresaba mi desprecio, lo humillada y defraudada que me sentía. Quería perdonar, pero el orgullo no me dejaba. Estaba herida. La confianza... No, no pude. Me daban arcadas, dolor en el estómago, ganas de vomitar a cada rato, me parecía asqueroso que la gente pudiera ser tan podrida y vivir con ello sin importarle hacer tanto daño a otro.

El cuerpo lo sentía tan asqueroso, que comía y al rato ya estaba cagando..Y recordaba toda su palabrería. Esa verborrea que decía que era mi culpa, mi falta de amor... Sus excusas. Yo, una tonta que seguía llorando. Allí mismo tuve que mandarlo todo a la mierda, pero no fui capaz. 

«Yo sé cómo se siente. Siente que su corazón es una cosa enorme que empieza en el estómago y acaba en la garganta. Se siente desgraciado, y feliz de sentirse desgraciado. Yo sé qué horrible es eso». La Tregua - Mario Benedetti


Los días fueron siguiendo... Me mentía, como los abuelos... Qué mantenían las relaciones por la costumbre, la cotidianidad, los momentos vividos. Amarrada a eso, recuerdos... Pero solo los bonitos, esas premisas de: "Para toda la vida"... "El amor duele"...

Pero no, al final... Me fui...

♫ ♪ Me fui, para volver de nuevo
Por eso me fui, para estar sola
Me fui, para volver a hacerlo de nuevo otra vez.




Ménage à trois

Él me gustó desde que lo ví. Él lejano, saludando por allá, por acá. Una camiseta de rayas, y tan alto cual jirafa. No me acerqué a hablarle aunque hablaba con mis amigos, pero le seguí la pista, lo busqué en redes sociales, empezamos a conversar por chat... Me encantaba, realmente me encantaba. Intercambiamos números.

Yo lo buscaba, nunca había mucho tiempo, su trabajo... Su trabajo, esa era la premisa. Empezamos a salir casualmente... Algo no encajaba.

-Es que nos llevamos muy bien, pero no sé algo no me hace match.
-¿Por qué?
-Sus días para salir siempre son los mismos, no acepta un plan que no sea un domingo o un jueves... Deja de contestar mensajes en la noche... Dice que es que se tiene que levantar temprano, por eso apaga el celular en la noche... No sé, me gusta mucho, pero parece que no vamos para ningún lado.
-¡Está casado! ¿Ya lo buscaste en el registro civil?
-¿Cómo?
-Con su nombre y apellidos. Pero si quiere me pasas los datos y le ayudo.
 Tomado de ésta web

Habían tantos con su nombre y apellidos (virtudes hermosas de vivir en Costa Rica), pero había uno que coincidía con sus datos... Ese, estaba casado y con un hijo...

Un día me invitó a una fiesta, él estaba tan ebrio... Yo llegué donde él estaba, me presentó a sus amigos... Y allá por la barra, ella tan ebria... Me abrazaba toda, empezó a hablar.

-Él siempre me gustó... Desde el colegio, habíamos estado juntos. Pero desde que se casó, todo se acabó, a veces le pego los besos por maldad, pero ya él no se deja.

Seguimos conversando, pero dejé de aceptar sus invitaciones... Sus salidas... Siguió buscándome...

-¿Por qué no volvimos a salir?¿Está enojada? ¿Qué dije?
-Si voy a ser la amante, al menos pregunte si quiero, porque así yo no juego...

Me preguntó como me enteré... Le mentí... Le dije que ebrio había olvidado quitarse el anillo y que me había dicho otro nombre. Dejó de preguntar...

Ese día... Ese amorío terminó... 

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Pido disculpas a su esposa, le confieso que nunca lo supe mientras salimos... Porque de las pocas reglas que tengo es que yo siempre he respetado a mi género.

8 feb 2019

Cartas de Liberación

Ya conocen a mami por historias, o porque la conocen en persona. Ella es todo un personaje, han pasado los años, y la batería se le ha ido muriendo. La veo agotada, cansada, pero dando pelea, una resistencia agresivo-pasiva con el universo.

Mami es la mujer más importante en mi vida, es la persona que más amo, la que me ha enseñado más en la vida y la que más fuerte me ha hecho. Al mismo tiempo, es la persona que me rompe con una palabra, la que sabe herirme con una expresión en su cara y la que me debilita cómo si fuera kriptonita sólo porque sabe que puede hacerlo. Así fue mi adolescencia-mi adultez temprana. Discusiones sin sentido, peleas por todo y nada. Amándola mucho hoy, dejándola de querer un poco... Y así habíamos pasamos la muerte de mi abuela, de mi abuelo, que papi se fuera de la casa, su divorcio, la pérdida de la perra, mi accidente, sus problemas laborales, su obsesiva compulsiva manera de ordenar. Cada 15 días, en ésta casa habían discusiones... Todos los lunes, cuando volvía del trabajo. Por todo. Hasta por usar más paños de la "cuenta".

Para llevar la fiesta en paz, empecé a dejar que ella invadiera mis espacios, mi cuarto... Yo ponía mi ropa en una gaveta, para ella era mejor en el closet, yo no doblaba nada, para ella, la ropa interior doblada y organizada por color... Hasta los cables del celular se doblaban de una manera "especial". Llegué a acostumbrarme a "su orden" y dejé de discutir y respetarle su orden, en mis cosas... Le cerraba la puerta y ella como león, quería pelea... Golpeaba la puerta tan fuerte, que muchas veces rompió la misma. Su ira... Incontrolable. Yo me decía, algún día me iré. Nunca lo hice... Luego empecé a irme de la casa cuando empezaba a discutir... Era peor... Cuando me tocaba volver... No quería volver... Pero siempre volví.

Un día dejé de discutir, de cerrar la puerta, de irme... Empecé a escuchar, era ira sin sentido. Ya era ruido, ruido al que me había acostumbrado, me entraban por un oído y me salían por el otro. Y así sin más, dejó de discutir. Pero seguía invadiendo mis espacios, mi cuarto. No era nuestra casa, era su casa. Yo era una invitada más.

Empecé a hablar con él, sobre hacer una casa, una vida... Era mi manera de querer irme. Él nunca me escuchó. Y así decidí irme de viaje. Irme a vivir a otro país.

Yo me fui de viaje, viví sola y fui feliz, al volver nuevamente a casa, choqué con mami y su personalidad. Mami había enviado a su "pollita" a conocer mundo y volvía "a casa"... Porque, siempre vuelven, dicen las mamás gallina.

Volví, no por extrañarla, no por extrañar Costa Rica... No, por eso no volví. (Ese es otro tema). Y se unió todo... Todo para mal. Personas que quería, me dañaron. Y yo, en el medio. (Otro tema)

Detestaba estar en casa. Leí un cuento de Cortázar, que se llama Casa Tomada (recomendado) y esa era yo. Tenía miedo de estar en casa. No era mi casa. Mi cuarto, ya no lo era. Ya no había nada que me hiciera querer quedarme. Y aún así, no me iba. Sentí miedo de ser una de esas señoras de 60 que cuidan a su mamá de 90 años... Y ambas, se ven infelices.

Me sentía mal, porque no sabía porque tenía tanto desprecio, tanto enojo. Empecé a leer, leía todo, cuánto artículo encontraba, ejercicios, meditación. No se iba, y claro, cuando uno está mal... El sol es feo, el viento es feo, el canto de los pájaros es feo. Uno es feo. Todo es feo... Grisáseo, sentía asco, repudio contenido (el sentimiento que tenía por no resolver nada). 

Así un día, empecé a leer sobre perdonar... Sobre ataduras familiares y me daba cuenta, que los miedos de mami me habían creado miedos, que sus acciones me habían afectado, tuve miedo... 

Llegué a éste blog, a éste post.

Hice los pasos, uno a uno..: Escribí todo eso que no quería, quemé la carta... Pasé un mes vomitando... Con diarrea, estreñimiento. Sentía hambre a cada rato... Sentía calor, sentía frío.

Compré un tiquete para irme de nuevo... Me monté en el avión, y así, se me fue todo. Hasta mi amor por él. (Otro tema jajjaa).

♫♪ Y no hace mucho que rompí
Tu recuerdo pensando
Acabar de una vez
Pero el tiempo y la distancia
No son todo para mí
Siempre hay algo que me hace volver


La Carta - Héroes del Silencio

¿Por qué no eres tu mismo y no algo parecido?

Hace años, meses... No sé en que momento dejé de escribir, algunos dirían que no habían historias, que no había pasión por hacerlo, mi excusa era no tener una computadora para escribir. Excusas para no buscarme. Entre en una situación de conformismo, una relación meh... Y pues, como siempre, uno tonto, que pone todos sus esfuerzos solo en la vía amorosa desatendiendo otros aspectos importantes. 

Y así, sin más pasé años, meses sin escribir formalmente. Hoy vuelvo, como prometí volver. Porque después de tocar fondo, me levanté gracias a un cuaderno, lapicero y soltarlo todo. Confieso que lo que escribí fue un poco oscuro, luego iré soltando porque así como a mí me sirvió, espero ayude también.

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Actualmente se vive de la opinión ajena, y siempre hace falta que se lo refrieguen en la cara para uno darse cuenta que no es tan importante como uno cree que es.

Íbamos caminando por San Telmo (Argentina) y se le acerca un señor a un policía... Se saludan afectuosamente como amigos de años y consulta el señor:

-Vite, me compré estas zapatillas y dice aquel pibe que son de muje'

(Me detengo y le veo las zapatillas, escarchadas, un poco doradas, las que las Spice Girls se comprarían, él un señor de unos 70, pantalón de vestir con una remera - tipo polo) Solté la risa... Claro, eran de "mujer".  

El policía agacha la cabeza, se las vuelve a ver... Sube la cara y le contesta:

-¿Te quedan cómodas?
-Sí, me andan bien.
-Entonces manda a cagá a ese pelotudo. 

Así de sencillo, si te hace bien, si te llena... Si te hace ser mejor, a la mierda la opinión ajena. Estemos felices con lo que somos, y sino lo estás, deje de quejarse y cambie. ¡Haga algo!

Cantando lo que dice el Canto del Loco:

♪♫ Parece que esta de moda ir de tontito
Aparentar ser la persona que siempre tu habías querido
¿Por qué no te quieres aunque sea solo un poquito?
¿Por qué no eres tu mismo y no algo parecido?




Eres tonto - El canto del Loco