No sé en que momento uno cambia sus gustos y empieza a apreciar los pequeños detalles (o siempre lo ha hecho y no lo había contemplado).
Hoy venía en el bus, él me cayó mal porque casi que tuve que ponerle el bolso en las piernas y gritarle con voz "linda": Permisooooooooooo para que me diera campo en el asiento de la par.
Y así, lo blasfemé en mi cabeza, mientras me sentaba y acomodaba mi barney-bolso en las piernas, estaba haciendo toda la lista de pendientes para el día siguiente y sentía como él metía la cabeza entre lo que yo escribía.
Y de nuevo en mi cabeza, le ponía el papel en la cara y le decía:
Vinee, tome vinee, ENTROMETIDO... Es la lista de pendientes... Y esto, esto es un guión para un cortometraje... ¿Querés actuar? El papel te queda bien.
Y volvía a la realidad, entre risas los que iban de pie, como sardinitas hablaban de meter más gente.
Y así sin más, él sacó de su bolso, unas llaves, y cogió la roja en sus manos... El hecho de que ya fuera preparado para entrar a su casa sin durar mucho buscando las llaves...
¡LO AMÉ!
Así, sin gracia, por ese detalle, lo amé.
Y así, entre risas recordé todas las veces en que en menos de 5 segundos me enamoraba-desenamoraba de un desconocido...
Y recordé...
Enamorarme del flaco que hacía fila a mi lado porque olía a axe de chocolate.
Y desenamorarme de otro, porque se estaba comiendo las uñas.
Enamorarme de aquel, que escuchaba Tool, en unos audífonos Sennheiser.
Y desenamorarme de otro, porque tenía un tic en la pierna y me movía la banca que compartíamos.
Hoy venía en el bus, él me cayó mal porque casi que tuve que ponerle el bolso en las piernas y gritarle con voz "linda": Permisooooooooooo para que me diera campo en el asiento de la par.
Y así, lo blasfemé en mi cabeza, mientras me sentaba y acomodaba mi barney-bolso en las piernas, estaba haciendo toda la lista de pendientes para el día siguiente y sentía como él metía la cabeza entre lo que yo escribía.
Y de nuevo en mi cabeza, le ponía el papel en la cara y le decía:
Vinee, tome vinee, ENTROMETIDO... Es la lista de pendientes... Y esto, esto es un guión para un cortometraje... ¿Querés actuar? El papel te queda bien.
Y volvía a la realidad, entre risas los que iban de pie, como sardinitas hablaban de meter más gente.
Y así sin más, él sacó de su bolso, unas llaves, y cogió la roja en sus manos... El hecho de que ya fuera preparado para entrar a su casa sin durar mucho buscando las llaves...
¡LO AMÉ!
Así, sin gracia, por ese detalle, lo amé.
Y así, entre risas recordé todas las veces en que en menos de 5 segundos me enamoraba-desenamoraba de un desconocido...
Y recordé...
Enamorarme del flaco que hacía fila a mi lado porque olía a axe de chocolate.
Y desenamorarme de otro, porque se estaba comiendo las uñas.
Enamorarme de aquel, que escuchaba Tool, en unos audífonos Sennheiser.
Y desenamorarme de otro, porque tenía un tic en la pierna y me movía la banca que compartíamos.
Y sí, así podría seguir... ¡Qué ricooooooo, enamorarse y desenamorarse de desconocidos!