¿Quieres jugar conmigo el 8?

Te había contado está anécdota, no completa, porque dicen que “las damas no tenemos memoria” pero si sabías de ello. Secuelas de mi memoria, un martes… 4 AM Un mensaje de madrugada que me dejo boquiabierta (supongo que también te extraño que estuviese despierta)… Nunca lo hubiese esperado de ti… Recuerdo mi ñau y tu mensaje de respuesta: “Ven y maullemos juntos” (o algo así)… 11 PM -Do you want to play with me? -Yes Allí todo acabó... 1 PM -Do you want to play with me? (Algo vil reenviarme con mi mensaje, ¿jugabas mi juego?) - Ñauuuu, llegó en dos horas... 5 PM -Toc Toc… Chocolate y galletas… Un juego, dos, tres… doce, trece… pierdo la cuenta de las veces que me has ganado… Suerte de novato. Señalas algo y me tocas… Tan distraída que no me doy cuenta, lo vuelves a hacer y me dices: - “Hoy si te dejas”… miro lo que tocas… -es una de mis tetas-… Roja de la vergüenza –no sé si por no haberlo notado, o porque me estás tocando-. Me jalas hasta tu silla, sentada en tu regazo, nos besamos… Una reacción que no esperé… Manos vienen y van, dos pulpos que se quieren devorar… Me pone como loca el sentir tus manos como se deslizan por mis diminutas curvas… Me muerdo los labios, me estremezco, como perra en celo me restrego entre tu pierna, más y más caliente, siento donde me empiezo a humedecer, no paras de besarme, me volteas, mi espalda en tu pecho, me froto contra ti, besas mi cuello, mis orejas… Tengo la piel erizada, mi respiración se agita y apenas puedo pronunciar palabra… Un nudo en la garganta… Saliva para compartir con tu boca… Tocas mis tetas, ellas están tan ardientes, que se desbordan de la blusa, tanto así que te es fácil sacarlas de allí, mis pezones están duros, me vuelves de nuevo… Tu vaho me hacen delirar, las metes en tu boca y siento ese calor que producen tus labios, juegas con ellas… Mordizquitos, besos, lamidas… Que rico se siente tus manos en ellas… Las agarras tan bien que siento mi primer orgasmo… Brinco y me muevo sobre tí… Busco hambrienta tu sexo, estás duro… Me pones a mil… Te tocó y me devuelves cada caricia con la misma intensidad… Ya viene el segundo… Tiemblo… me quiero arrancar la ropa… pero saber que van a ser las 8… Me contengo… Vuelvo a guardar a mis gemelas… -“Me vas a dejar así, termina lo que empezaste” Las vuelves a sacar y ellas ansiosas por salir... Comenzamos de nuevo, me frotó sobre ti, me besas, te beso… Me agarro fuerte al respaldar de la silla, porque tus caricias me tienen en el tercero… Sé que si bajo con mi boca, no me voy de aquí, te acaricio, te beso, y la agarro con mi mano… Movimientos lentos, rápidos… Lentos, rápidos… Nos seguimos tocando… Me aferro a ella tan duro, que si la sigo moviendo tanto tal vez te la arranco, pero aún así no te quejas… Tengo mi cuarto, quinto… Vuelvo a perder la cuenta… Me balanceo entre tus piernas… Malabaristas que no se paran de la silla… Un show en 8: cuatro patas de madera, dos piernas en el piso y dos piernas en el aire que se mueven descontroladamente. Gimo y sigo agarrándotela, haces un gemido, ese que me avisa que estás cerca… Siento mi mano caliente y que por ella resbala el líquido que me dice que has tenido el primero… Y yo por mi sexto, sétimo… Yo que sé… Respiro profundo, para bajar mi aceleración, porque algo me dice que ya son las 8… Me despido, guardo en mi bolso toda la lascivia que queda, toda la saliva, todas las caricias, todos los besos… todo y más… Porque si te los daba en la puerta mientras me marchaba, te juro que me quedaba… Y allí como animal te hubiese cogido… Y a él lo hubiese dejado plantado en aquel lugar… Y a las 8 hubiese empezado nuestro segundo round… ¿Alguna vez más volveremos a jugar? (Prometo no dejarme ganar esta vez)…