30 abr 2020

Elecciones

Si nuevamente dudas entre estar con ella o conmigo... 
Por favor no me elijas, que yo tampoco te volvería a elegir.

Tan banales, que creemos que las elecciones son buenas, que nos brindan libre albedrío y nos hacen bien... Como el aleteo de una mariposa, un punto en una oración, todo puede cambiar.

 Elegir, punza en la cabeza, si todo va bien, nada pasa, pero en cuánto algo "malo" pasa, nos decimos... ¿Habré elegido mal? Y si hubiera elegido la otra opción...

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Yo lloraba en mi cama, pensando en si había elegido mal... Lo había dejado irse al aeropuerto mientras me quedaba con el otro, el otro que nunca elegía, el segundo plato.  Ese que había plantado tantas veces. Con el que no duraba más de 3 meses. Esa vez yo lo elegía a él, porque no era justo que siempre fuera segundo plato. "Merecía" (mos) estar juntos.

Por desconfianzas y mucho despecho, me enteré que él tenía el mismo dilema en ese mismo momento, él estaba saliendo con otras chicas... Pero me eligió a mí, porque era la más "centrada" y  aún así nunca las soltó. Estuvo con ellas, allí siempre. En fotos, mensajes de texto, audios, etc.

Yo luego, al enterarme de tanta mierda, volví a elegir...

Me fui (Canción de Bebé que define ese viaje)


♫♫ Me estoy echando contra los ojos de otro muchacho
Que al menos cuando me mira me hace reirme un rato,
Porque los tuyos están tan lejos de mí
Que casi no puedo mirarlos
(BEBÉ - ME FUI) 



 Volví (o decidí volver)... Solté todo el pasado e intento todos los días dejarlo atrás. Y aún hoy, esa decisión también me la cuestiono. Los años dirán.

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Esa ilusión de elegir... La vida es tan brillante, que nos pone en situaciones que necesitamos aprender y otras veces nos saca de allí, a la fuerza, a regañadientes... Solo porque sí, porque hay que avanzar, movilizarse. Nos amarra con dinero, con distancia... Solo para dar ese salto.

Las elecciones se basan en el azar, un poco de fe, un tantito de confianza y solo el tiempo dirá, si tomamos una buena decisión, o nos llevamos un buen aprendizaje, porque siempre algo queda... Aunque sea polvo en las rodillas.

Pero bien reza el dicho, Nadie nos quita lo baila'o.

Perfección

Tengo una actitud muy positiva y soy (no me la creo, lo soy) la mamá de Tarzan. Crecí bajo un concepto de ser capaz de todo, tengo dudas ante retos en que sé que no tengo las cualidades necesarias para ser la mejor y aún así lo intento. Pero ver la otra cara de la moneda, ese lado oscuro  que solo mostramos con ira, enfado o en extrema confianza.

La imperfección existe desde que creemos en el concepto de que somos seres incompletos, medias naranjas, que necesitamos de otro para vivir y que tenemos que lucir como modelo de revista retocado por Photoshop.

Somos únicos, perfectos, cada uno con su propia esencia, su propio tamaño. Esa dosis de oscuridad y claridad en la justa medida, que no puede ser clonada. Tenemos similitudes para poder relacionarnos, pero también diferencias que en vez de separarnos, deberíamos de aceptar y respetar.

Nos han dicho miles de veces que debemos ser nosotros mismos y querernos como somos... Pero en la realidad es muy duro abrazar nuestra sombra, ese Mr. Hyde...

Esa sombra que desvanece cualquier brillo en nosotros mismos. Pero eso, abracese, aceptese por completo, y si algo no le gusta, trabaje en ello.

Si se ve en la necesidad de mentir sobre usted, que sea solo para una entrevista de trabajo.

29 abr 2020

Despecho

** Este post está siendo escrito por segunda vez, extrañamente se borró sin rastros **

♫ Se cansó de ser buenaAhora es ella quien los usa (Hmm-mm)Que porque un hombre le pagó mal (Mal)Ya no se le ve sentimental (-tal)Dice que por otro man no llora, no (Llora)
Pero si le ponen la canción (Hmm)Le da una depresión tonta
TUSA - KAROL G

Mi despecho nació un 09 de julio de 19xx,  bastante ingenua, recibía mi primer beso y casi mi primer revolcón... Él sin querer ilusionarme, lo hizo... Y se marchó.

Lo busqué por un año, finalmente lo encontré cuando ya tenía una relación, y aún así quise mandarla a la mierda... Pero no, él era superficial y nunca le gusté tanto. Me mordió la vagina tan duro, que me apagó cualquier rastro de "amor"...

Me prometí nunca "esperar" o "insistir" tanto por alguien... así nacieron mis miles de relaciones casuales...

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El despecho no solo viene del amor entre parejas, viene del dolor, del ego, del orgullo...

Mami y yo discutíamos, ella celosa por mi nueva relación y su posesiva personalidad me gritó: Hijadeputa...

La miré y contesté:
-Soy su hija, tenga un poco de amor en su corazón y piense las tonterías que está diciendo.

Esa discusión (o el silencio que hubo en casa) fue por meses... Fue nuestra última pelea. Ya nos llevamos bien nuevamente

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Yo lloraba en mi cama, pensando en si había elegido mal... Lo había dejado irse al aeropuerto mientras me quedaba con el otro, el otro que nunca elegía, el segundo plato.  Ese que había plantado tantas veces. Con el que no duraba más de 3 meses. Esa vez yo lo elegía a él, porque no era justo que siempre fuera segundo plato. "Merecía" (mos) estar juntos.

Por despecho él me fue infiel, al parecer nunca confió en mí... Y yo por despecho al enterarme, tomé un avión y busqué nuevamente al mismo...

Ese otro por despecho, había contado a nuestros amigos, mis intimidades y había hablado mal de mí sin razón.

Y por despecho, a tanto despecho, hice otras tonterías, otras solo las pensé. Miles, las escribí... Hoy leo ese cuaderno para saber que no quiero estar allí nuevamente.

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Llamen el despecho: un mal karma, una ruleta rusa, una arma de doble filo, una conciencia perturbada. En el despecho, personalmente, fui atropellada, porque vivía con la cabeza en las nubes. Odiando todo.

Yo finalmente entendí que uno es el que más daño se hace, obviando el daño físico, el daño moral, es ego, es orgullo, es banalidad. Yo recuerdo llorar a cada rato, solo la meditación y el trabajar en mi autoestima me ayudó. A saber que él, ellos no me hicieron nada... fui yo la que eligió ser víctima, la que eligió sentirse mal. En lugar de renacer, me pulverizaba.

Así sin más, un día lloré tanto, empaqué todos los recuerdos, quemé todo y le escribí una carta de despedida. Fui libre. 

Porque finalmente el que se ensucia las manos, el que huele a caca... es el que actua, el que obra con maldad, el que justifica sus actos, por los demás y no acepta su propia responsabilidad.

No gaste energías en situaciones, acciones o pensamientos negros que le hacen mal. Agradezca por esas personas que vienen a enseñarle, porque muchos de ellos vienen a enseñarnos, de lo que más carecemos: AMOR PROPIO.

Vos tan europeo

He visto que muchos idealizan a Europa, sus edificios, costumbres, etc.
Hasta que uno tiene la oportunidad de saltar el charco y se topa con un montón de prejuicios y de interacciones frías...

Tuve la oportunidad de tener citas con europeos, salir a conversar, a beber, y claro uno siente ese respeto que no siente en las calles acá en Costa Rica, allá podés andar desnudo y nadie te ve con ojos de deseo o de desaprobación. Nada... No te ven de ninguna manera, reconfortante cuando no queres que nadie te vuelva a ver, pero bastante confuso cuando hablamos de coquetería o citas. 

Tuve citas, nunca me besaron, nunca sentí coquetería, nunca fluyó nada. 

♫ Hasta que te conocííiiiiiiii... No te miento fui feliz (Plancha Modo On)

Quedamos de vernos en un parque, para recorrer la ciudad, me dijo como andaba vestido y me topé con una mole de 1,97 metros, cuerpo de vikingo y una cara de bebé Mennen (ojos claros y saltones, cachetes rosados, una cara de inocencia).

Terminamos en un bar y así sin más decidimos recorrer el mundo, por varios días. Confieso que no llevaba malas intenciones, me parecía un chico honesto con buena vibra y un poco bobalicón, que podía hacer mi viaje más ameno.

Cambiaba la estación, todo era reggaetón... Ni que decir explicando las letras, explicando porque la gente es infiel y canta con despecho, que es el doble sentido... Todo.

Él era un hombre de 35 años empacado en un puberto sin experiencia de 19 años y eso me encantó.

Quería arracarle el pudor a mordiscos, lamerle esa pulcritud, hasta dejarlo sucio de mí, pero no podía.

Ibamos en el carro, cantando por enésima vez, esa canción de reggaetón que tanto sonaba, porque ya no valía la pena ni cambiar, y sin querer, le golpee el hombro y siguiendo mi torpeza le pellizque el brazo... Estática, se paralizó.

Me vio con unos ojos fuego, tan extrañado, tan ido, no supo reaccionar y me hizo lo mismo, como un niño. Solté la carcajada, porque me golpeo con tremor y me pellizco con miedo.

Viajamos por horas... Dos turistas, tan lejos de casa, hablando en otro idioma.

Llegamos a nuestro destino y cada uno tomó su rumbo, aunque decidimos cenar. Divertidamente, el restaurante estaba en el centro de nuestros "domicilios temporales", yo iba hacia la derecha, el debía ir hacia la izquierda.

Me abrazó, me tomó la cara y me besó, en el mismo momento en que me besó me soltó.

-Me siento extraño.
-¿Por qué?
-Allá es irrespetuoso ésto que hacemos, uno no se besa en público, solo los adolescentes. Es molesto para la gente alrededor. 

Me reí y contesté:
-No estamos allá.

Me besó como si no hubiera mañana, allí en la esquina de ese restaurante...

Y así con su bobalicona personalidad me había descongelado el corazón.