-Lo dejo, mi esposa está pidiendo algo y no estoy siguiendo lo que dice.
-Sí, vaya y escuche bien lo que le pide… Sino luego no sabe ni que hacer.
-Ella habla mucho, escucho un 5% y ya estoy agotado.
-Creo que eso es lo que todos escuchamos…
Leía la conversación y no podía parar de reírme…
Me considero de las que habla mucho, pero me dio tanta risa saber lo bajo del porcentaje, pero haberme sentido así. Entendiendo menos del 5%
Recordaba esas veces en que mi mamá pedía miles de cosas para hacer, yo agachaba la cabeza y decía que sí había entendido, porque negarlo era peor.
Intentaba hacer algo de lo que me había pedido… Y no recordaba NADA de lo que había dicho, solo venía ruido a mi cabeza.
Nada, nada… Ni un pequeño apunte. Practicaba todas las mnemotécnicas que sabía y nada….
Solo venía a mi mente:
Cuidado se le olvida que…. (RUIDO).
Recuerde que tiene que… (RUIDO).
Vaya y haga… (RUIDO).
¿Por qué hago esa observación? En el “ONE TO ONE” del trabajo (ridiculez impartida en que el supervisor de uno habla y habla de todo lo que uno debe mejorar… y uno se queda callado, porque responder puede resultar perjudicial y en que uno sólo espera escuchar: “Le aprobamos un aumento por su rendimiento”).
La supervisora hablaba, hablaba… (RUIDO, RUIDO) y no paraba de hablar (y no tenía una voz muy agraciada, para mal de colmos).
En un momento sonó “Es que parece que usted no escucha, uno le habla y usted parece estar en otras, está en su cabeza analizando más de la cuenta”. (Y me volví a perder) – (RUIDO, RUIDO)
Yo agitaba la cabeza en señal de aprobación… (Realmente era mi manera de disimular el sueño que tenía… Hasta por momentos sentía un bostezo venir).
Volvía nuevamente a escuchar y decía: "Por ejemplo, ahora tiene usted unas mechillas** allí todas mal acomodadas" (RUIDO, RUIDO).
(SILENCIO) (SILENCIO)
Me dice: ¿Tiene algo que decir?
Aguante la respiración… Hablaba conmigo. Quise reír, bajé la cabeza y se me iluminó el mundo… Esta vez sí había tomado apuntes.
Bueno realmente eran rayones y cientos de dibujos, unas letras enormes decían: Enfóquese – Aprenda a escuchar.
(Y en letras más pequeñas decía: PEINARSE…)
No sé que contesté... Pero inmediatamente fui al baño... No podía parar de reírme, me veía frente al espejo, despeinada...
Y pues sí... a veces el cerebro es más inteligente... Y sabe que si escucha el 95% restante de la conversación, puede causar homicidios sin sentido.
**Mechillas -mechas en Costa Rica, cabello enrredado, mal acomodado, con vida propia.
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