7 jun 2020

Instinto Planterno

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-Usted dice que no tiene instinto maternos, pero basta verla con las lombrices y las plantas.

Me estallaba de la risa por la comparación...  Porque jamás era ni va a ser comparable y siempre me ha causado molestia cuando también se compara con las mascotas. Son amores distintos, al fin y al cabo son amores, pero en diferentes formas que ni siquiera hacen viable una comparación. 

Hace un año, cuando estaba mal animícamente y desempleada, empecé a trabajar en las cuatro macetas de la casa (mi patio es pequeño y vivimos en un segundo piso, por lo que todo está en macetas), en esos helechos de señora mayor... Quería mi jardín diferente. Luego con dinero, pagué clases de bonsai y así el amor iba creciendo.

Sembraba semillas, no pegaban... Hasta que un día, escuchando música clásica sentí una conexión rara, sentía hormigueos por el cuerpo y sentí paz...  A la semana siguiente, todas las semillas habían germinado, eran flores hermosas. Crecieron tanto, que hicimos una jardinera frente a la casa.

Vieras la alegría cuando vi por primera vez a abejas y mariposas en los girasoles dando vueltas... Pero siempre viene la ponzoña y a esa, hay que cortarla de raíz:

Mi vecina (que en paz descanse):
-Se le van a robar las flores
-Pues que se las roben, vuelvo a plantar más. 

Y así pasó. Varias veces las encontré quebradas, rotas... Pero siempre plantaba más, crecían con tanta fuerza, a veces me tocaba lidiar con los gusanos, con las moscas blancas, con los bichitos, ahora la dirección de mi casa es: la casa morada, donde están las jardineras. ;) (Los de Costa Rica, entendemos lo díficil que son las direcciones acá).

Me di cuenta, que este hobbie, debía expandirse, no sé, contagiarse... Mami se contagió, mi suegra se contagió (ya tenemos tema de conversación), hasta mi novio (jajjaaaa ese fue el cambio más divertido, nos vivimos pasando canales de Youtube). Ahora estoy intentando tener en casa una huerta urbana. Los chiles ya van en camino, los tomates, ya los transplanté.  




Lo de las lombrices fue un amor distinto... Siempre he hablado de reciclar y compostar, las veces que lo había intentado mami se molestaba por la acumulación de desechos, por las moscas, etc y yo nunca lo intenté mucho. 

Pero ya el amor por la naturaleza ya había calado, que me puse la tarea de dejar de generar tanta basura, busqué puntos de recolección e iba y dejaba el reciclaje, empezamos a comprar productos más grandes, para no comprar tanto plásticos, dejé de consumir snacks y golosinas, ando mis cubiertos proprio, rechazo las pajillas, intento cargar conmigo una botella siempre, no pido bolsas plásticas. Pequeños cambios. A veces peco y me latigueo la espalda, tres veces jajajajjaa (no es cierto, pero intento enmendar mi comportamiento). 

Pero todavía había que hacer algo con las cáscaras de fruta, vegetales... Buscando y buscando llegué al método takakura y a las lombrices californianas... Así sin más, empecé ambos. Ambos funcionaron, pero me decanté más por las lombrices, por la rapidez y en casa producimos mucho desecho lo que hizo que la caja de Takakura se llenará muy pronto. (Sí ocupan saber, me pueden consultar). 

Ya saqué mi primeros 5 kilos de tierra abonada (o mejor dicho, producida por lombrices). Bastaba ver mi cara tonta sorprendida, al entender que eso eran desechos y ellas los trasformaron en una tierra abonada.  

Así que los invito a que cultiven su instinto planterno... que todo inicia por un cáctus. 

1 comentario:

  1. La verdad que las lombrices son auténticas maestras del compostaje. Me ha gustado tu narrativa :P

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