Había logrado llegar al hostel, dejar mi maleta y volver a salir. Tocaba buscar a Mr. New York.
Buscaba un teléfono público, monedas... Caminaba por New York, pérdida sin siquiera sentirme así. No era mi charco, los edificios eran enorrrmes. Veía las calles, avenidas todo ordenado. 103th, 101th. El mapa funcionaba perfectamente, esa era mi sorpresa.
Marqué su número, contestó. Brincaba de una pierna. Sólo le dije, Columbus y se me acabaron las monedas. Tomé el metro y me fui.
Buscaba un teléfono que funcionará, una rayita de WiFi. Una paloma mensajera... Una señal de humo.
Fui por un cafeé. Una raya de WiFi... Me llegaba un mapa... Le pregunteé a un empleado, no entendií nada de lo que deciía. Su ingles arabe rebotaba por todo mi cerebro. Un alma compasiva me ofreciía ayuda. Todo estaba resuelto.
Sentada en frente del Columbus con el corazón agitado. Estaba en New York sin dormir... Había tomado el metro para llegar. Lo esperaba. Taxis amarillos iban y venían, buses de dos pisos. Todo era nuevo, se respiraba ciudad.
Me hice que no lo veía, caminó hasta mí, se sentó a la par y lo seguí ignorando. Mr. New York estaba a mí lado... Era un señor de esos guapísimos (y sólo señor porque tenía canas, que uyyyy) pero en pantalones cortos, su estilo informal lo hacía más salvaje... Era sexy.
Caminamos por el Central Park, me hablaba del monumento a John Lennon, cómo no perderme en el parque, andar en bicicleta, lo que quería conocer, mi viaje.. Mis ojos buscaban los suyos, pero sólo llegaban a su pecho. Era altísimoooo (1,97cm) y sentía que nos conocíamos desde siempre, a su lado yo era una newyorkina más.
Metro, bus, caminar. Agradecí el consejo de mi amigo, zapatos cómodos.
Fuimos por las mejores margaritas de mi vida (blasfemo no recordar el nombre). Entre risas, me pidieron ID porque a su lado me veía una niña. Él se reía a carcajadas mientras le decía a la mesera que celebraba mis 30.
Fuimos por las partes emblemáticas de Manhattan. Él era mi guía turística. Y buscaba palabras en español para hacer las pláticas más amenas.
Mis ojos se perdían entre olores y gente, sentí que flotaba, un sueño. Esas veces que sientes que ya habías estado allí antes, tantas veces visto en películas y series. Estaba en el Gran Central.
Acomode mi cámara, ajuste el ISO, balance de blancos, nada. Seguía sin verse nada.
Él reía a carcajadas... Yo no sabía que pasaba.
-Mira, así se debe ver mejor (mientras quitaba la tapa de la cámara)
5 oct 2015
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Sí, también me ha pasado no sacar la tapa de la reflez. Gracias por volver a escribir, y por el reencuentro. Espero la segunda parte. Besos.
ResponderBorrarPues natural en nosotros, volver para volver a irnos... (Una canción de Bebé, dedicada).
BorrarReencuentros que son estelas.
ya veremos si el final es tipo new york new york, manhattan o sex and the city
ResponderBorrarJa. Ahorita trato de recordar... Y fue muy Sex and the City...
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