Lo garañon se lleva en la sangre

Don Carlos (mi papá y realmente pocas personas le dicen así... Le dicen más un apodo, pero yo y los apodos no nos llevamos)... Bueno siguiendo, don Carlos estaba lo más campante en la acera, en shorts (pantaloneta, pantalones cortos o como lo llamen), una camiseta de rayas algo grande por la gordura de la que es acreededor y estirada por los kilitos que ha ido perdiendo por miedo a las agujas...

Historia aparte y solo para perderme en la historia original:  Papi mide 1.83 y puede pesar unos 100 kilos, la doctora que le dijo a papi que tenía diabetes le dijo que por cada 5 kilos que bajará le quitaba una inyección de insulina y con el miedo que les tiene... Ha ido bajando algunos kilitos. Y nunca hay que molestarlo por gordo, porque siempre saca a relucir que a nuestra edad él pesaba 50 kilos... Y sí, en ese tiempo le decían Palito.

Bueno siguiendo con la trama original, estaba mi papá muy campante sentado en la acera viendo todo el alboroto alrededor de la piñata de mi hermanita y chupando cono, con unos shorts, una camiseta y una chancletas (sandalias, o esas que dejan los dedos al aire).

Y le dice una flaquita de esas que caminan como vaqueros por ¿falta de carne? (no sé, pero siempre se les hace una U muy divertida en las piernas)...

-Diay (inserté apodo de papi) con este frío y a ud solo le falta bronceador para sentirse en la playa

Y papi le responde:

-Yo soy de sangre caliente... ¡Militar que le dicen!

Y yo, desde la otra acera con dos sueter encima de la camiseta, un jeans y la pijama debajo, doble media: y una de esas de futbolista que llegan hasta la rodilla, guantes y aún titiritando de frío... Lo miré por primera vez con orgullo por ser mi papá y algo de odio por heredar de él solo el nombre y la papada...