¿Muerto en vida?

Mi mamá linda, me enseño esa frase... ¡Es que andas muerta en vida!... Que hace alusión a hacer algo y estar en otras, usualmente cuando uno tropieza por andar pensando en X situación y no ver el huecote de la acera.

Hay personas que caminan en la vida por inercia, que no saben ni que quieren... La vida manda constantemente señales que uno debería percibir para bien o para mal... O al menos eso creo yo.


Situación No. 1

A Migue lo han asaltado tantas veces, que creo ha perdido la cuenta... Pero si le ves la cara es un "pelado" tranquilo... A veces creo que flota demasiado, cuando habla, habla tan tan rápido, que casi no se le entiende lo que dice, es como un niño con cuerpo de hombre, siempre tiene una sonrisa en su cara... Es de los que la mamá seguro le decía: Deja de rastrillar los zapatos, camine bien".

Un día, lo saqué a pasear (jua juaaa... lo llevaba a un lugar que sabía que era de su gusto, y que no conocía). Iba tan feliz que no veía como yo miraba para atrás a cada rato y aceleraba el paso...

-Migue, venga.
-¿Por qué?
-Venga, hagame caso YA.
-¿Ahh?
-Cruce de calle
-¿Por qué caminas tan rápido?
-Camine conmigo rápido YA.

Y nuevamente cruzamos de calle... Él no sabía lo que pasaba... Hasta que nos detuvimos... Y le expliqué:

Un tipo nos venía siguiendo 3 cuadras atrás, conforme acelerábamos o atrasábamos el paso, este hacía lo mismo...

Y Migue tan "naif" o inocente contestó:
-¿Nos quería asaltar?

PLOP!

Situación INEXPLICABLE No. 2

Usualmente soy muy valiente, o al menos intento combatir mis miedos afrontándolos (esa es mi explicación para hacer cosas que otros temen)... Soy de las que cree que uno jala con la mente las cosas malas y que el miedo se huele (instintos caninos).

El punto es que estaba en Tuculillo... llamado la "Tigra de San Carlos" en que cada abastecedor, pulpería, chinamo o como se le conozca queda a más de 1 kilómetro de distancia. La calle es de piedra y mucho, mucho polvo. Eran las 8 de la noche y estaba antojada de comer cereal... Pero no había leche y de valiente fui a "traerla". Me explicaron y "entendí"...

Empecé a caminar y caminar... La diferencia del campo, es que es tan silencioso que los grillos se escuchan tan perceptibles, el viento, los árboles... Todo suena tanto que hasta cierto punto asusta a aquellos que estamos acostumbrados al ruido "citadino".

Donde caminaba NO había luz, ni siquiera me veía a mi misma... Caminaba por inercia y sabía que iba por la calle por el ruido que hacían mis zapatos en las piedras... Tropezaba y seguía caminando. Más de una vez me asusté con esos perros que parecen que te van a comer los tobillos de lo cerca que te ladran.

Llegué a la luz... ¡Oh Mercurios de mi amor! (faroles, o no sé como les llamen)... La dirección era... Del puente... 300 metros subiendo la "cuesta"... Y ví el puente... Estaba a 100 metros de donde yo estaba así que me faltaban 400 metros.

Empecé a caminar por el puente... Y se apago el primer faro... De valiente seguí temblando caminando y se apago el segundo faro... Se me salio la caca parecía una mala película de miedo...

Empecé a subir la cuesta... Y se apago el tercer faro... Mentiría decir que seguí caminando... Sé que corrí tan rápido... Que mis amigos cuando llegué cansada y con la lengua afuera me dijeron:

Diay, no va ir por la leche...

No sé que había detrás del faro... Cuando les conté a mis amigos se rieron por horas, pero mi cara de pánico hizo que ninguno me quisiera acompañar...

Algo pudo haber pasado... O quizás no... Pero para mí... Eso fueron dos señales:

1. Comer cereal no es para la noche es para los desayunos...

2. Y Los del ICE (Instituto Costarricense de Electricidad) no hace ni mierd... Y deberían ir a arreglar eso.

Fuera de broma, hay señales... Muy pequeñas, pero las hay. Para algunos son difíciles notarlas, pero somos pequeñas piezas de dominó... Un extraño movimiento, y afecta al otro sin darnos cuenta...

Hay que caminar, lento pero seguro y sobre todo: Alerta, no malinterpretarlo como preocupado, sino PRECAVIDO, ENTERADO, que vida solo hay una... Y hay que aprovecharla al máximo, con la lengua al aire saboreando todo.

Un ejercicio: ¿Recordás la ropa que andabas el martes?